Esta semana he visto una noticia sobre un niño que ha nacido con las membranas íntegras y ha sido motivo de gran asombro.
Pues mi abuelo Pascual, nació en 1906 con las membranas íntegras.
En aquella época se llamaba nacer “con camisa” y suponía un gran don para la persona, ya que las personas que nacían así “nunca morirían por accidente” según la sabiduría popular. Supongo que no morir en un parto así en aquella época hacía pensar que esa persona sería capaz de sobrevivir a cualquier desgracia.
Los restos de esas membranas se secaban y se guardaban para que acompañaran siempre a la persona. Me acuerdo que siendo yo una niña, mi abuela me enseñó una bolsita de tela que contenía unas pieles secas y me dijo que era “la camiseta de nacimiento del abuelo”.
En la Guerra Civil a mi abuelo la cayó un proyectil al lado que no explotó.
Después de la Guerra estuvo mucho tiempo en un campo de prisioneros y no murió.
En la postguerra, su casa se incendió por un cortocircuito y al intentar apagar el fuego sufrió una descarga de un cable de alta tensión y no murió.
Cuando tenía más de 70 años sufrió un atropello que lo dejó inconsciente en la carretera pero no murió.
Murió en su cama a los 86 años de muerte natural.
En su caso la leyenda popular se cumplió.
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Que anécdota más chula, no lo había oído nunca.