Hoy ha venido a la consulta Fernando. Es un chico de 22 años que lleva rastas y las sienes rapadas, su complexión es atlética y sus músculos son fibrosos. Tiene una sonrisa espectacular y sus ojos sonríen más que su boca.
Hace unos años me contó que cuando cumplió 18 años se enfrentó a la opinión de sus padres que querían que estudiara una "carrera de provecho": maestro, abogado, arquitecto o incluso médico. Capacidad no le faltaba pero su pasión siempre había sido el circo.
Su abuelo, médico muy querido en Alicante, siempre había sido su fiel consejero. En aquellas fechas, estaba ingresado muy grave en la UVI del hospital. Fernando pidió permiso para verle. Tenía que consultar con su abuelo lo que debía hacer en su futuro. Unos días antes de morir su abuelo le dijo:
- Sé fiel a ti mismo.
Fernando se tatuó esta frase junto a su corazón y emprendió la aventura del circo.
Hoy me ha dicho que ha cumplido su sueño y que pertenece al Circo del Sol.
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Quan una persona té tan clara la seua vocació, és molt gratificant saber que ha aconseguit el que volia.