Es bien sabido que los lobos no comen lobos. Y en la actual situación de crisis que vivimos, todos sabemos quienes son los lobos.
No se puede pretender que sean ellos los que solucionen lo que preocupa a las personas.
Qué se siente cuando deshaucian a una familia de su casa, qué se siente cuando siendo joven y con ganas de trabajar no se encuentra ocupación, qué se siente cuando trabajadores de más de 45 años pierden su trabajo y están abocados a no volver a trabajar más, qué se siente cuando en una familia no hay más ingresos que 400€ para pasar el mes y con la inseguridad de perderlos también, qué se siente…
Cómo no va a repercutir en la salud de las personas toda la problemática que se está viviendo.
Cada día en la consulta surgen los temas sociales que preocupan y hacen enfermar a las personas. Pensionistas que sufren por ver que sus hijos están sin trabajo y a los que tienen que ayudar económica y moralmente para poder seguir adelante; policías, bomberos y guardias civiles que ponen en riesgo sus vidas en sus trabajos y que ven recortados sus derechos y sus sueldos; profesores y otros funcionarios que están igual; enfermos que se niegan a que les des una baja porque no pueden mantener a su familia, tratamientos que dejan de estar financiados o que se pone en duda su eficacia, etc.
Pero los lobos no tienen razón de ser si no existe un rebaño al que atacar. Y si el rebaño está asustado es más fácil de atacar. Por eso nos bombardean con la prima de riesgo, la bajada de la bolsa, etc. Que al fin y al cabo, no indican nada más que sus negocios no van bien.
Cada día vemos que hay más personas que ante la desesperación, pierden el miedo y empiezan a rebelarse. Muchas veces no comparto los métodos, pero nos están haciendo reflexionar que hay otras formas de buscar soluciones.
Deja una respuesta
Fantástico y valiente artículo, es complicado poder estar más de acuerdo.